De Nuevo México tiene un fondo de juego amargo. Cuando el juego indio de regulación de la Ley fue firmado por el Congreso en Mil novecientos ochenta y nueve, parecía que Nuevo México será uno de los estados de dinero en efectivo en el carro de los casinos indios de América. Política aseguró que no sería el caso.
El gobernador de Nuevo México Bruce King anunció un grupo de trabajo en mil novecientos noventa para discutir un contrato con las bandas de Nueva México natal. Cuando el panel llegó a un acuerdo con 2 grandes bandas locales un año más tarde, el Gobernador rey se negó a firmar el acuerdo. Se celebrará un acuerdo hasta Diecinueve noventa y cuatro.
Cuando un nuevo gobernador asumió en Mil novecientos noventa y cinco, parece que apuesta indígena en Nuevo México es ahora una certeza. Pero cuando el gobernador Gary Johnson firmó el pacto con las tribus indias, la lucha contra las fuerzas de los juegos de azar fueron capaces de mantener el acuerdo en los tribunales. Un juzgado de Nueva México encontró que el Gobernador Johnson había sobrepasado sus límites en la firma de un acuerdo, lo que le cuesta al estado de Nuevo México muchos cientos de miles de dólares en licencias durante los próximos años.
Tomó la Ley de Negociación Pacto, aprobada por el gobierno de Nuevo México, para que el proceso de pasar de un contrato completo entre el Gobierno de Nuevo México y sus bandas de nativos. Una década había sido quemado para los juegos en Nuevo México, incluyendo los amerindios Casino Bingo.
El no a las empresas sin fines de lucro Bingo se ha incrementado de mil novecientos noventa y nueve. Ese año, Nuevo México, no proveedores de juegos adquiridos sin fines de lucro sólo 3.048 dólares. Que ascendía a 725.150 dólares en 2000, y pasó un millón de dólares en 2001. Sin fines de lucro Bingo ingresos han aumentado constantemente desde entonces. De 2005 fue la más grande de año, con 1.233.289 dólares ganados por los propietarios.
Bingo es aparentemente amado en Nuevo México. Todo tipo de operadores para probar un pedazo del pastel. Esperemos que los políticos se llevan a cabo alrededor de bateo de los juegos de azar como un asunto candente como lo hicieron en la década de 1990. Esto es, sin duda, una ilusión.
